Friday, May 28, 2010

Proclama de la Federación

MANIFIESTO INICIAL DE LA FEDERACIÓN

Proclama del Coronel Tirso Salaverría el 21 de febrero de 1859
Jefe Provisional de la plaza de Coro y de las tropas federalistas de la Provincia

¡Corianos! ¡Compatriotas!

La revolución de marzo ha sido inicuamente falseada. Atraídos por los encantos de su programa fascinador, concurrieron a consumarla todos los venezolanos; y su triunfo no ha producido otros gajes que el entronizamiento de una minoría siempre retrógrada, siempre impotente en su caída, siempre ávida de satisfacer innobles venganzas. Aceptáronla de buena fe los mismos que, fieles a sus compromisos, sostuvieron el poder recientemente derrumbado; y con criminal violación de las protestas de echar al olvido lo pasado, se les persigue sin causa, y sin fórmula de juicio se les condena a una proscripción indefinida; sin que haya bastado a dar treguas a este abuso la voz de la nación que de todos los ángulos se alzara reclamando la amnistía.

Proclaman la libertad en las elecciones; y nunca las elecciones se han verificado más a expensas de la libertad del pueblo. Invócase como el garante más seguro de la soberanía popular el voto universal en las mismas elecciones; y lo que hemos visto ha sido el escarnio del voto universal, otorgando ese derecho a la fuerza armada sometida a la voluntad de jefes establecidos ad hoc, para llenar los designios proditorios de un club dominador.

Bajo esa tutela depresiva tuvieron lugar las elecciones para la Convención Nacional. ¿Y cuál había de ser el resultado? Otra vez la centralización del poder contra el querer de los pueblos paladinamente manifestado; otra vez el dejar sometida la suerte del país a la voluntad de un hombre y su partido; otra vez el abrir anchuroso campo para perpetuarse en el poder público, uno con algunos, con ultraje de los principios preconizados en esta misma carta central.

Por fin los abusos consecuentes a tan funesto orden de cosas; por fin las escandalosas infidencias del Jefe provisional del Estado, tantas veces falaz y perjuro cuantas bajo la religión del juramento ha protestado desprendimiento, abnegación y patriotismo; por fin las injusticias y arbitrariedades de sus agentes en las provincias, siempre garantizados con la impunidad, han rebosado la copa de nuestra indignación y roto los diques del sufrimiento para realizar un pensamiento ídolo de nuestro corazón, y que la prudencia nos había obligado hasta ahora a mantener en el terreno de la opinión. Este pensamiento mágico, regenerador; ese símbolo de fe política de todos los venezolanos; ese refugio salvador, único que el cielo nos depara en la deshecha tormenta que las pasiones azuzadas por los desmanes de un poder arbitrario han descargado sobre nosotros, es la reorganización de Venezuela en República eminentemente Federal.

¡Compatriotas! Mi corazón abunda en sentimientos de júbilo que mi débil voz puede apenas explicar. Sin derramarse ni una sola gota de sangre, sin vejámenes ni tropelías de ningún género, sin que nadie pueda lamentar una injuria que de palabra o de derecho le arrogaseis; sin más armas que vuestro valor y sin más esfuerzos que los de vuestras voces, me acompañasteis anoche en la grave empresa de desarmar la fuerza y apoderarnos de las armas con que un esbirro, remedo de gobernador del general Castro, nos oprimiera, y con que se prometía realizar el designio de su amo, de perpetuarse en el dominio del país, a despecho de la voluntad general. ¡Hazaña memorable la vuestra, compatriotas! ¡Arranque de singular patriotismo y valentía! ¡Rasgo espléndido de moderación, de orden y moralidad en medio del tumulto de una ciudad conmovida y en los momentos en que se hallaban a vuestra discreción la vida y la libertad de vuestros propios opresores! ¡Compatriotas! Por el concurso unánime de vuestras voluntades me elegisteis Jefe provisional para la empresa de la santa causa de la Federación en esta Provincia; y heme aquí a la cabeza de este honroso movimiento, resuelto con toda la abnegación del patriotismo, con toda la energía y ardor de un alma libre, con todo el noble orgullo de un militar ciudadano idólatra de su patria, dispuesto a arrostrar alegre y sereno a vuestro lado los azares de la campaña que hoy se abre a nuestros esfuerzos. ¡Feliz yo, camaradas, si como lo espero de la Divina Providencia, triunfáramos de nuestros dominadores! Feliz yo siquiera exhale a vuestro lado mi último suspiro en nombre de la libertad y la Federación de mi patria.

¡Corianos! No temáis. La Federación es el gobierno de todos. La Federación es el gobierno de los libres, y Venezuela obtendrá el lauro de la Federación. No hay un solo venezolano, con excepción del reducido club que hasta hoy nos ha dominado, cuyo corazón no lata de entusiasmo al impulso de esa voz mágica y arrobadora. La República entera está conmovida. Las localidades más importantes han dado simultáneamente el golpe que nosotros, y las demás se aprestan aceleradamente a secundarnos. La opinión nos favorece, la gente de armas nos sobra, y cuantos elementos pudiéramos necesitar están a nuestra disposición. ¡Corianos todos! No desconfiéis de nuestras protestas: no son las de aquel que infiel al gobierno que servía, ha sido más y más infiel a la nación que en mala hora le confiara sus destinos. Nuestro programa exclusivo es la Federación de Venezuela; el medio de realizarlo es la unión de todos los venezolanos; y en consecuencia las distintas y odiosas denominaciones de bandos políticos serán para siempre relegadas al olvido.

¡Viva el Movimiento Federalista de Coro!
¡Viva la federación de todas las provincias de la República!
¡Viva el Ceneral Juan Crisóstomo Falcón, Primer Jefe del Movimiento Federalista Nacional!

Dado en el Cuartel General de Coro, a 21 de febrero de 1859.

Tirso Salaverría


PROCLAMA DE EZEQUIEL ZAMORA Y JOSÉ R. GONZÁLEZ


Los Jefes del Ejército Federal de Occidente a sus compañeros de armas, a los Venezolanos todos

¡Corianos! Habéis levantado el pabellón de la libertad, de entre ese polvo de las pasiones inmundas, del abismo de la ignominia; grande es vuestra gloria. La gratitud de la nación será, no lo dudéis, inmensa, como su cooperación, como la unidad de su querer, como la explosión de su valor para sacudir todo género de servidumbre.

¡Venezolanos: Salud; y para siempre libertad! Ni ahora, ni nunca, la vergüenza de las cadenas.

¡Venezolanos: Federación!

La Federación encierra en el seno de su poder el remedio de todos los males de la patria. No; no es que los remedia; es que los hará imposibles.

Con Federación atenderá cada Estado a todas sus necesidades y utilizará todos sus recursos, mientras que juntos constituirán por el vínculo del gobierno general el gran bien, el bien fecundo y glorioso de la unidad nacional. El orden público dejará de ser un pretexto de tiranía, porque será la primera de las atribuciones de cada gobierno particular. Tendrán los pueblos magistrados de su exclusiva elección.

Volveremos la espalda, ya para siempre, a las tiranías, a las dictaduras, a todos los disfraces de la detestable autocracia.

Coro es ya un Estado. Mientras que se verifican las elecciones conforme a las mejores doctrinas, Coro tiene ya un gobierno propio, y asumiendo el Estado su soberanía, constituye una de las grandes unidades políticas de la Federación Venezolana.

Otras provincias han lanzado ya el grito de libertad; todas se disputarán ese honor; cada una hará el mismo uso de la soberanía, y pronto, muy pronto, constituirán el gobierno general.

Entretanto, la conciencia de nuestros derechos, y nuestro valor, harán simultáneo, decisivo y omnipotente el movimiento de los pueblos de Venezuela por la última y la más gloriosa de sus conquistas: el sistema Federal.

Queremos ahorrar la sangre de nuestros hermanos; queremos la tranquilidad de las familias y la paz y la libertad imperando en la república. Levántese ella como un solo hombre, lance el grito de la voluntad, y sus mismos opresores inclinarán la frente respetuosa ante el soberano, ante el pueblo de Venezuela.

¡Y desgraciados de los que no lo hicieren!

Dado en Coro, a 25 de febrero de 1859, año 1º de la Federación.

Ezequiel Zamora.
José R. González

Monday, May 24, 2010

Bandos y sus Líderes

Los bandos involucrados en la Guerra Federal fueron, por un lado; los Liberales o Federalistas y por el otro, los Conservadores o Centralistas.

Los principales líderes del bando liberal fueron:

Ezequiel Zamora (1846 - 1860)
Miembro del Partido Liberal, General en Jefe y principal protagonista de la Guerra Federal.

Juan Crisóstomo Falcón (1820 - 1870)
General y líder del movimiento federalista. Participo en las batallas de Santa Inés y de Coplé. Presidente de la República (1863).

Antonio Guzmán Blanco (1829 - 1899)
Fundador del Partido Liberal. Presidente de la República en 3 ocasiones (1870, 1879 y 1886)

Militar y político. Participó en la Guerra Federal. Presidente de la República (1877)

Tirso Salaverría (1821 - 1901)
Militar, participó en el Comité Revolucionario que dió el "Grito de Federación" en Coro.
Partició en la batallas de Canoabo y de Pururuche.
Manuel Ezequiel Bruzual (1830 - 1868)
Militar y activo participante en la Guerra Federal. General en Jefe tras la muerte de Zamora.
Combatió en las batallas de Santa Inés, de Pururuche, Buchivacoa, Barquisimeto y Portuguesa. Presidente de la República (1868).
Juan Antonio Sotillo (1790 - 1874)
Militar miembro de la causa federalista, activo participante en la Guerra Federal.
Participa en las batalla de Coplé y de Chaguaramas, como también en los combates del Lecherito, Santa Ana y Mesa de Guanipa. Firma el Tratado de Santa Ana.

Por parte del bando conservador, los principales líderes eran:
José Antonio Páez (1790 - 1873)
Militar y político. Procer de la Guerra de Independencia. Comandante General y Jefe Militar del Departamento de Venezuela durante la Gran Colombia. Lideró el movimiento separatista de la Gran Colombia conocido como La Cosiata. Enfrenta a los liberales en la Insurrección Campesina, durante el gobierno de Carlos Soublette. Presidente de la República en 3 ocasiones (1830, 1839 y 1861)

Julián Castro (1805 - 1875)
Militar y político. Dirigió la Revolución de Marzo contra el gobierno de José Tadeo Monagas. Participó en la Guerra Federal. Presidente de la República (1858).

Manuel Felipe de Tovar (1803 - 1866)
Miembro del Partido Conservador. Presidente de la República durante la Guerra Federal

León Febres Cordero
Comandante del bando conservador en la Batalla de Coplé, vencedeor de esta batalla aún cuando las tropas federalistas superaban en número a las conservadoras.

Facundo Camero.
Comandante del bando conservador en la Batalla de Buchivacoa, en la cual es derrotado por los Federalistas.

¿Que causas llevaron a hacerla?

Los Conservadores consideraron que la propaganda de Los Liberales con el reparto de tierras y la abolición de la esclavitud, fue lo que subvirtió el orden político y social, colocando al pueblo en contra de los propietarios de grandes latifundios y desencadenando la guerra.

Para Los Liberales la responsabilidad recae en Los Conservadores, cuya negativa a liberalizar el gobierno, a ampliar su base y a dar cabida a personas opuestas a su doctrina político-económica, que desencadenó la crisis del año cuarenta y seis y a la vez fomentó una oligarquía político-social, retrotrajo al país a los días de la colonia.

Las causas primordiales se fundamentan en el descontento social y económico:
  • La continuidad de la misma estructura socio-económica de la colonia al finalizar la Guerra de Independencia; las tierras y la ganadería seguían en manos de unas cuantas familias, fundamentalmente caudillos militares.
  • La miseria en que vivían los esclavos liberados en la Guerra de Independencia (Libertos), que de algún modo seguían en situación de esclavitud, ya que al no encontrar trabajo habían regresado como sirvientes a las casas de sus antiguos amos.
  • La crisis económica del país; los ingresos obtenidos por los productos de exportación disminuyeron al producirse una baja en los precios del mercado internacional.
  • El gobierno de José Tadeo Monagas acentúa la crisis al no resolver la concentración de tierras baldías en pocas manos, el peculado y malversación de los fondos públicos y la persecución política. Irónicamente, debido a estos problemas, el pueblo le había dado su apoyo para luchar contra la oligarquía conservadora.
  • La expulsión del país de los dirigentes liberales, quienes se refugiaron en las islas de Saint Thomas y Curazao y luego formaron la Junta Patriótica de Venezuela.

Saturday, May 22, 2010

Biografia de Juan Crisostomo Falcon

Juan Crisóstomo Falcón nació en Tabe, Jadacaquive, Península de Paraguaná, actual Estado Falcón, el 27 de enero de 1820. En el Colegio Nacional de Coro hizo sus estudios iniciales, completando el curso de Filosofía.

Su actividad militar comienza en 1848, cuando ocurre el llamado fusilamiento del Congreso. Falcón actúa en defensa del Presidente Monagas y contra Páez, que se ha lanzado en favor de la Constitución. En 1853 está en Coro como Comandante de la Plaza y en 1857 pasa a Barquisimeto con las mismas funciones.

Pero la entrada definitiva de Falcón en la historia nacional parte desde el momento en que estalla la llamada Revolución Federal, en 1859. Ezequiel Zamora está en Coro y Falcón en Martinica, desde donde se embarca para invadir por Palmasola en julio de ese mismo año. De allí, después de una emotiva proclama, siguió para Yaracuy y comenzó una serie de triunfos que iban inflamando a toda Venezuela en este fuego Federal.

Aunque el verdadero eje, alma de la revolución era Zamora, a la muerte de éste, en la batalla de San Carlos, Falcón quedó como Jefe absoluto. Derrotado en la batalla de Coplé, tuvo que emigrar a Colombia y de allí siguió a las Antillas en busca de recursos. Hizo nuevos intentos hasta que en 1863 se firmó el Convenio de Coche, luego del cual fue electo Falcón Presidente Provisional de la República; a menos de un mes de haber llegado al poder, dictó un decreto de garantías y convocó a elecciones. El mismo resultó electo Presidente Constitucional; pero el odio a las intrigas le obligó a abandonar el mando en 1868.

Falcón visitó Estados Unidos y Europa, enriqueciendo su cultura. No quiso volver a participar en la política venezolana. Cuando triunfó la revolución acaudillada por Guzmán Blanco en 1870, Falcón había decidido regresar a la patria, pero al hacer escala en Martinica, por agravarse sus males, hubo de terminar allí su noble existencia, el 29 de abril de 1870, el mismo día en que Guzmán Blanco entraba triunfalmente en Caracas.

El congreso le había dado el título de Mariscal de la República. Por disposición de Guzmán Blanco, los restos mortales de Falcón fueron repatriados en 1874, y llevados al Panteón Nacional.

EL GOBIERNO DE FALCON

A raíz de la Guerra Federal subieron al poder los caudillos militares triunfantes. Como consecuencia del tratado de Coche, el Jefe Supremo de la Federación, General Juan Crisóstomo Falcón, fue nombrado Presidente Provisional y luego elegido Presidente Constitucional para el período 1865-69. Durante su gobierno se instaló la Asamblea Constituyente que promulgó la Constitución Federal de 1864. La nueva constitución estableció el sistema federal de autonomía de las provincias y dio a la República la denominación de Estados Unidos de Venezuela. Sin embargo, la autonomía consagrada en la constitución sólo sirvió para "convertir cada región de la República en feudo de los caudillos triunfantes"; y el poder nacional para entronizar tiranos y facilitar el enriquecimiento personal de los gobernantes a expensas de los dineros públicos. En realidad, los principios que habían servido de base al partido liberal y a la guerra federal, fueron traicionados en la manipulación de los tratados y arreglos entre caudillos, a través de los cuales llegó al poder un nuevo grupo oligárquico que siguió escamoteando al pueblo los derechos y reivindicaciones por los cuales luchaba.

Durante el gobierno de Falcón se acentuó el desorden en la administración pública. Para cubrir el déficit el nuevo gobierno autorizó la contratación de un empréstito de un millón y medio de libras esterlinas, poniendo en garantía los derechos de importación que se produjeran por las aduanas de La Guaira, Puerto Cabello, Maracaibo y Ciudad Bolívar. El encargado de la negociación fue el General Antonio Guzmán Blanco, segundo en la jerarquía federal. Después de la manipulación del contrato, que dejó cuantiosa suma a Guzmán, el gobierno recibió apenas unos dos millones de pesos y un compromiso de 20 millones para ser cancelados en 25 años con los escasos recursos de la República.

Falcón manejó los fondos públicos con desparpajo, dice Antonio Arraiz. Solía librar vales contra la tesorería para dar gratificaciones a sus amigos y partidarios y dádivas y subsidios a muchas personas que los pedían.

A los últimos expedía esos vales en cualquier pedazo de papel. El parasitismo y la mendicidad a costa del Estado se acentuaron con la Federación y se convirtieron en nuevos vicios de la política venezolana". El aprovechamiento de los dineros públicos para beneficio personal se hizo con el mayor descaro. Gran la parte del dinero proveniente del empréstito fue a parar a manos de los caudillos triunfantes, en calidad de indemnización y sueldos atrasados. Falcón recibió 150.000 pesos por este concepto; y en la misma forma recibieron su parte, cada uno de los generales, coroneles, comandantes y demás oficiales y tropas.

"Algunas de las recompensas decretadas son las siguientes al Mariscal le adjudicaron 48.000 pesos por razón de sus sueldos como Presidente Provisional de la Federación, en el lapso transcurrido entre su desembarco en Palmasola su entrada a Caracas, más 100.000 adicionales para indemnizarle de las pérdidas sufridas en sus propiedades por causa de la guerra; al General Sotillo: 40.000; los Generales José González y José Desiderio Trías, sendas cantidades de 25.000, siendo oportuno recordar que Trías fue muy favorecido por los Monagas, que le otorgaron concesiones de baldíos; a don Napoleón Sebastián Arteaga le correspondieron 20.000. Además, a los Generales en jefe, de División y de Brigada, a los coroneles, comandantes, capitanes, tenientes, subtenientes, sargentos y soldados se asignaron recompensas metálicas decrecientes desde 8.000 a los primeros hasta 100 pesos a los últimos."

Los dineros del empréstito, administrados en forma alegre, no podían evitar el deterioro de la situación del gobierno. Se aumentaron los derechos de importación y de exportación; se crearon empréstitos entre los comerciantes. El desfalco en las aduanas y el contrabando, alcanzaron niveles escandalosos. La situación fiscal llegó a tales extremos que en 1867 el ministro de Hacienda renunció porque no había dinero en la Tesorería y el año siguiente el Congreso se disolvió porque no había fondos con que pagarle.

LA REVOLUCION AZUL

Esta situación económica y el desbarajuste administrativo, provocaron un descontento general contra el gobierno, de Falcón. A fines de 1867 estalló en oriente la revolución "Reconquistadora", que tomó como divisa el color azul intermedio de la bandera, a diferencia del amarillo de los liberales y del rojo de los conservadores, con lo cual querían dar a entender que se proponían una especie de conciliación entre unos y otros. Esta revolución y el gobierno que de ella surgió, se conocen en la historia de Venezuela, como "gobierno y revolución azul". Pero los revolucionarios salían ahora de las propias filas de los federales, descontentos por el exclusivismo que según ellos era la norma de la política del gobierno de Falcón.

"La cuestión hoy, más que nunca -decían- es sólo de hombres. Los causantes de esta situación son los hombres del poder que formando un círculo estrecho y exclusivista, han hollado todas las leyes y desatendido cuantos medios de conciliación y progreso aconsejan la sana política y los principios liberales."

En marzo de 1868, el General José Tadeo Monagas se puso al frente del movimiento. Un mes después, Falcón renunció a la Presidencia e hizo que el Congreso eligiera para sucederle al General Manuel Ezequiel Bruzual. El 24 de junio las tropas revolucionarias llegaron a Caracas y después de tres días de combates, ocuparon la ciudad. Se formó un gobierno provisional presidido por Guillermo Tell Villegas, y el 26 de junio, Monagas entró triunfalmente en ella.

Biografia de Ezequiel Zamora


Militar y político venezolano (Cua, Miranda, 1817 – San Carlos, Cojedes, 1860). Hijo de Alejandro Zamora y de Paula Correa, Ezequiel Zamora recibió una escasa educación. Durante su juventud, su cuñado, el alsaciano Juan Cáspers, lo instruyó sobre la situación social y los movimientos políticos europeos; otro tanto hizo el abogado José María García, quien le dio nociones de filosofía, historia universal y derecho romano. Ezequiel Zamora se estableció en Villa de Cura, Estado Aragua, donde abrió una tienda de víveres, y pronto amplió el negocio con el comercio ganadero y agrícola, en las poblaciones vecinas de los Estados Guárico y Apure. La lucha por el poder dividió al grupo político dirigente del país, entre el oficialismo, agrupado en torno al general José Antonio Páez, y el liberalismo de Antonio Leocadio Guzmán, que fundó en 1840 el Partido Liberal y su vocero El Venezolano, a través del cual difundía las ideas liberales. Zamora se convirtió en dirigente regional del naciente partido, y en lector y difusor de la prensa de oposición. La crisis imperante se agudizó a partir de 1843, por lo que los alzamientos espontáneos de los campesinos llevarían a Zamora a asumir su liderazgo. En 1846 encabezó un levantamiento en la localidad de Gumba, bajo las consignas de «tierra y hombres libres», respeto al campesino, eliminación de los godos y justa distribución de la riqueza, siendo conocido como «General del Pueblo Soberano». Al mando de un ejército campesino libró varios combates victoriosos; capturado, fue condenado a muerte pero se salvó al fugarse de la cárcel. El presidente José Tadeo Monagas le conmutó la pena, enviándolo al ejército que combatía a los grupos paecistas alzados en armas; Zamora demostró su valor y talento en las batallas de San Carlos, Cabimas, Quisiro y Barinas. Se unió a la Guerra Federal iniciada en Coro en 1859 y dirigida por el general Juan Crisóstomo Falcón. Su ascendencia militar sobre las tropas le permitió desarrollar una campaña exitosa contra las fuerzas centralistas. Obtuvo diversas victorias, y en San Felipe reorganizó la provincia como una entidad federal con el nombre de Estado Yaracuy; continuó hasta Barinas, donde en 1859 recibió el título de Valiente Ciudadano. Triunfante en la decisiva batalla de Santa Inés, Zamora se dirigió en 1859 hacia el centro del país; en el asalto de la ciudad de San Carlos recibió un balazo en la cabeza que le causó la muerte.

Antecedentes


La Venezuela que surge en 1830 con la separación de la Gran Colombia, era una sociedad que buscaba mantener los privilegios de las élites dominantes durante el tiempo de la Colonia. En términos generales, los rebeldes abogaban por un gobierno federalista que protegiera sus dominios regionales. La pauperización creciente de pequeños y medianos propietarios, desposeídos de su tierra por los efectos del encarecimiento del crédito y de las ejecuciones hipotecas y la marginalización de pequeños comerciantes, vinculados esencialmente a los circuitos de distribución interna de los productos agropecuarios, son las principales causas de los levantamientos de los años 1846 y 1847, cuya expresión política se refleja en la creciente radicalización de los planteamientos del Partido Liberal y de su vocero, el periódico El Venezolano. No obstante, los planteamientos del sector liberal no estaban orientados a modificar de manera profunda la estructura de la sociedad, ya que se enmarcaban dentro de los intereses de una clase propietaria: los hacendados.


Secuencia de hechos

1- La Revolución de Marzo de 1858

El carácter autoritario y despótico de la segunda Presidencia de José Tadeo Monagas, llevó a conservadores y liberales a aliarse con el objetivo de derrocar al Presidente Monagas. Por esa razón estalló en Valencia, el 05 de marzo de 1858, una nueva insurrección militar al mando del General Julián Castro. Castro entró triunfalmente en Caracas el 18 del mismo mes, luego de la renuncia de Monagas, ocurrida el día 15 de marzo.

Bajo el lema de "Unión de los partidos y olvido del pasado", se organizó una Junta Provisional de Gobierno presidida por el propio Castro, en la que compartían responsabilidades conservadores y liberales. En el seno de este nuevo gobierno, surgieron diferencias que lentamente revivieron las tradicionales disputas entre ambos partidos.

2- La Convención de Valencia de 1858.

Con el objeto de legitimar el nuevo orden político surgido tras el derrocamiento de Monagas, y de crear, además, un nuevo texto constitucional, se instaló en Valencia el 05 de julio de 1858 la Convención Nacional. Dicha Convención estaba conformada por representantes elegidos de todas las provincias del país.

En el marco de las discusiones para la redacción de la nueva Constitución, se produjo un enfrentamiento entre los partidarios del federalismo (liberales) liderados por el cumanés Estanislao Rendón, y los partidarios, principalmente conservadores, de una constitución de características similares a la de 1830, de tipo Centro-Federal.

Como lo ha señalado el historiador constitucionalista J. Gil Fortoul, al final triunfó la tendencia federalista, pero sin usar ese nombre. Se redactó una constitución con tendencias descentralizadoras, que confería a las provincias un elevado margen de autonomía.

Concluida la elaboración del texto, la Convención designó de manera interina a Julián Castro como presidente y a Manuel Felipe de Tovar como vicepresidente, culminando sus sesiones el 03 de febrero de 1859, luego de siete meses de trabajo desde el inicio de sus sesiones.

3- Ruptura de la alianza entre Conservadores y Liberales, y el final del gobierno de unidad nacional.

Los sectores liberales que participaron en el derrocamiento de Monagas, vieron cómo su participación en el gobierno de Castro se hacía cada vez menor, especialmente después de la renuncia del canciller Urrutia, y con la cual el gabinete restante era conservador en su totalidad. Esta separación en el gobierno de Castro, se vio aumentada por la aprobación y promulgación en diciembre de 1858, de una constitución que había sido duramente criticada por los propios liberales, quienes exigían una constitución de tipo Federal.

4- Expulsión de los Liberales (1858).

Después de quedar solos en el poder, tras la salida de los miembros liberales del gabinete, los conservadores procedieron a tomar medidas con el fin de disminuir políticamente a los liberales. Para ello, promulgaron un decreto con el fin de expulsar del país a algunos miembros del partido liberal por considerarlos peligrosos para la estabilidad y seguridad del Estado.

5- Formación de la "Junta Patriótica de Venezuela".

Desde su expulsión, los principales líderes liberales se refugiaron en el Caribe, reuniéndose en la Isla de Saint Thomas, en donde formaron la Junta Patriótica Venezolana. Dicha junta tenía a J. C. Falcón como líder militar y como redactor del primer programa de la Revolución Federal. La invasión a Coro, hecho con el que se inicia formalmente la Guerra Federal, fue planeada desde esta isla.